El poder de la actitud y motivación

El gran reto en el que se encuentran las empresas, la motivación del trabajador

No es necesario llegar a la situación en la que un trabajador/a no sepa si “reir o llorar”, evidentemente lo estamos llevando al extremo pero para no llegar a este punto, según un estudio realizado por Coachub “Se calcula que uno tercio de las plantillas podrían plantearse seriamente abandonar la empresa en un futuro próximo debido a la falta de motivación”.

Debemos tener en cuenta que ir ejecutando acciones para motivar al equipo permitirá grandes beneficios para la empresa. Así pues, añadir que un mayor número de habilidades profesionales, motivación al trabajo y unos objetivos operativos claros traerán consigo mismo un rendimiento más alto. En otras palabras, la motivación y el rendimiento van de la mano.

Por consiguiente, existen dos tipos de motivación, la intrínseca y la extrínseca; se lo explicamos:

La intrínseca

Viene dada por el interés y placer que siente una persona al realizar una tarea bien hecha en un entorno de trabajo estimulante. Por ejemplo, un equipo donde todos se ayudan entre todos en cuanto a superar un reto o completar una labor de la empresa, incluso conseguir alcanzar los objetivos marcados.

La extrínseca

Está guiada por elementos externos, como una recompensa o reconocimiento por parte de la empresa.

Alguna de estas tareas que puedes llevar a cabo en tu empresa son las siguientes:

Darle responsabilidades al trabajador y autonomía.

No significa que tengas que darle responsabilidad plena, pero ir dando tareas con un nivel de responsabilidad más alto aportará satisfacción al trabajador. De hecho, estudios significativos han demostrado a lo largo del tiempo que la autonomía en el puesto de trabajo produce grandes efectos en la satisfacción y bienestar en el trabajo.

Reconocer y valorar los trabajos del/de la trabajador/a

Ofrecer tareas a realizar por el equipo, siempre teniendo en cuenta las aptitudes de cada miembro y reconocer el buen trabajo o el intento de realizarlo de forma correcta aportará un nivel de motivación elevado a la persona en cuestión; este tipo de reconocimiento no sólo se traduce con un estímulo sino que puede alcanzarse con un incremento salarial o bonificaciones.

Condiciones de trabajo agradables

La transparencia, comunicación continua, una cultura de inteligencia colectiva, un espacio decorado con cuadros o plantas, ofrecer cafés, agua, tés, entre otros; ya da un valor añadido al espacio de trabajo y añade un plus a que los trabajadores rindan y se sientan más a gusto.

Equilibrio entre el trabajo y la vida personal

Éste es un tema muy sensible. Si bien el 93% de los trabajadores/as se preocupa por este equilibrio, además de ser un 64% aproximadamente que consideran que el espacio laboral donde ejercen no hacen lo suficiente en este ámbito.

Si los miembros del equipo por esta razón se sienten sobrepasados, pueden sufrir un desgaste y por tanto bajar el rendimiento. Aquí puede aportarse flexibilidad horaria, cumplir unos objetivos semanales gestionados como al trabajador/a le vaya más acorde, y muchas más acciones.

Desarrolla sus habilidades

Presta atención en que carece un miembro del equipo y en el que destaca, y potencia estas características. Además de fortalecer con formaciones adicionales o tips para sus puntos menos destacables para que se sienta autorrealizado y que está aprendiendo en la empresa.

Preguntar e interesarse por el estado en el que están tus empleados

Si se pregunta es relevante escuchar con atención sin juzgar, ya que es ahí donde podemos llegar a mejorar la posición en la que se encuentra este miembro del equipo e intentar que esa persona sea más fiel a la empresa.

Y para terminar, remarcar que ejecutando y motivando al equipo conseguiremos:

Reducir el absentismo laboral y rotación.
Reducir los costes producidos por el absentismo, como sería la sustitución o contratación externa por falta de mano de obra.
Alto rendimiento.
Buen entorno de trabajo.

C/Lluís Companys 1, 8-1